Mundo diciembre

Mundo diciembre

René Peñaloza Galván para Latin Pulse

Augustus Pablo
East of the River Nile

Shanachie, 1977 (reedición 2002)

En 1999 Jamaica perdió a uno de sus hijos más brillantes, Augustus Pablo, hacedor de melodías que trazaban la ruta más directa de los oídos a los corazones de sus escuchas. Horace Swaby –nombre que aparece en el acta que registra su nacimiento en 1954– nunca se interesó por la fama, por lo que es menos conocido que el mesiánico Marley o el desquiciado Perry. Para Pablo lo fundamental y lo único era la música, su morada era el estudio de grabación, no el escenario. En 1977 aparecieron los dos discos que le ganarían un modesto, aunque devoto culto alrededor del mundo, King Tubby Meets the Rockers Uptown y East of the River Nile. El segundo ha sido reeditado en conmemoración de su 25 aniversario, y aumentado con varias joyas adicionales de la misma época. La melódica  era considerada un mero juguete hasta que Pablo la convirtió en su instrumento principal. En sus manos el compacto híbrido de armónica y teclado adquiría una sutileza insospechada mediante efectos de eco y sinuosas melodías con evocaciones orientales. Aunque fue uno de los progenitores del dub (género basado en crear versiones fantasmagóricas de temas preexistentes), East of the River Nile no se ubica en esa tónica. Tampoco es sólo un “disco instrumental”. Más bien se trata de un apasionante registro de como un hombre se funde con su instrumento.

Cornershop
Handcream for a Generation

Luaka Bop/ Sum Records, 2002

5 años de su exitoso When I was Born for the 7th Time, Cornershop está de regreso con sus divertimentos posmodernos que brincotean entre oriente y occidente. Durante el inter, el vocalista, compositor y productor Tjinder Singh se mantuvo ocupado con Clinton, proyecto de supuesto corte dance cargado con una incisiva ironía que por momentos coqueteaba con el cinismo. Buena parte de Handcream for a Generation se hermana con el discontento de Clinton, aunque ahora Singh se preocupa por incorporar sus guiños y parodias a canciones propiamente estructuradas. “Heavy Soup” abre el disco con una especie de popurri mientras el cantante de soul Otis Clay enuncia una especie de indice de lo que vendrá, resultando en un efecto similar al de un maestro de ceremonias que nos invita a comprar boletos para un epectáculo de carnaval. Hijo de padres hindús criado en Inglaterra, Singh nos pinta el mundo actual como un carnaval de modas y culturas (no la inocua fiesta de la vida a la que canta Celia Cruz, sino un abigarrado y vertiginoso desfile donde los valores y las ideas transitan a una velocidad que impide prenderse a ellos). No obstante, las intrincadas letras de Singh y su peculiar manera de cantarlas –casi con idiferencia sin restarle lo pegajoso a sus melodías– hace que más que una crítica  los discos de Cornershop sean un testimonio de un mundo hiperglobalizado (una posición más pragmática y posiblemente más honesta que la de alguien como Manu Chao que se trepa al monstruo transnacional para picarle el morrillo). Con la participación de gente como Rob Swift y Noel Gallagher , Handcream for a Generation es un testimonio tan entretenido como provocador.

Alice Coltrane

Universal Conciousness

Impulse!, 1971 (reedición Verve, 2002)

“[Convirtió] la música hecha por su esposo durante sus últimos años en algo más adecuado como fondo para la oración o la meditación”: la desdeñosa frase que aparece en un breve párrafo dedicado a Alice Coltrane en la Rough Guide to Jazz ejemplifica la actitud que durante décadas ha prevalecido respecto a su música. La inmensa sombra de John Coltrane sin duda ha contribuido a que la obra de su viuda no reciba el reconocimiento que merece, aunque también se puede detectar el machismo galopante de un ámbito jazzístico que sólo contempla a las mujeres como vocalistas. Compositora, harpista y tecladista de fuertes convicciones espirituales, Coltrane más que preocuparse por pertenecer a un mundo que a priori la limitaba creó uno propio e independiente. Originalmente editado hace poco más de dos décadas Universal Conciousness es una luminosa  instancia de la muy peculiar visión de su autora. Como ya lo indica el título para Coltrane la música puede ser un medio para acceder a otras formas de consciencia (o simplemente a otras formas de escuchar, dependiendo de la cosmovisión de cada uno). A lo largo y ancho de 6 cortes, Universal Conciousness nos lleva de tranquilos parajes a campos donde se libran batallas apocalípticas, de la paz interior al éxtasis colectivo. Acompañada por gente de la talla de Rashied Ali y Jack DeJohnette –y con arreglos de cuerdas a cargo del mismísimo Ornette Coleman– Coltrane erige un monumento sonoro que, más allás de las convicciones religiosas del escucha, sólo puede describirse como trascendental.

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